Reseña del recorrido “Museos de Medianoche”. Mariana Milos

Faltaban pocos minutos para las siete de la tarde del caluroso viernes 23 de noviembre y el hall central del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) bullía de actividad. Algunos pasaban sorprendidos entre medio de un gran dragón hecho con materiales de reciclaje, fruto del primer festival de arte urbano “Hecho en Casa”, otros se sacaban fotos, estacionaban sus bicicletas, entraban a los auditorios o descansaban en las bancas de cemento.

Yo, como guía de un grupo que se tendría que juntar en ese lugar, me preguntaba dónde estarían los 189 inscritos para el recorrido que realizaríamos con Cultura Mapocho, en el marco de la X versión de Museos de Medianoche.

Bastó que me reuniera con mi compañero de recorrido, Nicolás Aguayo, nos pusiéramos nuestras credenciales y nos encontráramos con Valentina Menz, guía del GAM, para que mucha gente se levantara desde las bancas y nos fueran rodeando en un gran círculo. Fue muy sorprendente, estaban todos allí, esperando por el recorrido, camuflados en la actividad propia de este gran centro cultural.

Comenzamos puntualmente a las 19:05. Me tocó iniciar – megáfono en mano- contando a nuestros asistentes sobre la historia del GAM, cómo fue pensado para ser la sede de la III Conferencia de la UNCTAD y realizado en un plazo record de 275 días, proceso en el cual fue clave el esfuerzo y entusiasmo de los mismos obreros y los artistas participantes, quienes recibiendo voluntariamente el mismo sueldo que los trabajadores, fueron dejando su obra “in situ”, dando origen así a un edificio que desde sus inicios tuvo una finalidad publica y abierta, ligada a la cultura, verdaderamente accesible y abierta para todos. Conversamos de cómo esa función se perdió durante la dictadura militar y cómo recién el año 2006, luego de un gran incendio, el edificio retomó su función original y comenzó el proceso que lo convertiría en el GAM actual.

Centro Cultural Gabriela Mistral

Luego de esta introducción Valentina nos llevó a la sala de Exposiciones en el piso menos 1 y nos habló de las notables obras de arte que visten el edificio. La gente se sentó a escucharla en el suelo del hall circular, a los pies de la escultura “Tercer Mundo” de Sergio Castillo y teniendo como telón de fondo el mural “Chile”, de José Venturelli, ambas obras de 1972. Luego explicó a los asistentes de qué se trataba la exposición de fotografía que verían, “Chuquicamata en Imágenes” y el contexto de su creación, retrato de la vida de sus pobladores en el desaparecido Campamento. Los asistentes visitaron luego la muestra y volvimos a reunirnos en el hall, para comenzar nuestro recorrido por el Barrio Lastarria.

La primera parada fue la plazuela de la Veracruz, frente a la Iglesia de Veracruz, de 1857. Nicolás explicó el origen del barrio, cómo a partir de la Escuela de Bellas Artes se convirtió en un barrio de intelectuales y artistas, matiz que perduró incluso durante la dictadura, convirtiéndose en un enclave de encuentro de movimientos pro democracia, por ejemplo en la Plaza Mulato Gil de Castro.

Barrio Lastarria

Caía la tarde y por calle Lastarria caminaban jóvenes, turistas, oficinistas en busca de su happy hour y entre medio de todo esto, nosotros, un grupo de cerca de 100 personas, descubriendo desde cuando el barrio se había convertido en epicentro de bohemia, diseño alternativo, antigüedades y gastronomía. Otra detención fue frente al Cine el Biógrafo, uno de los pocos cine arte que aun se mantienen en Santiago.

El siguiente museo a visitar fue el Museo de Artes Visuales (MAVI). Allí nos esperaba su guía, Carolina Díaz, quien de manera muy concisa y entretenida fue entregando a nuestros asistentes las claves para poder captar el mensaje de las obras de arte e instalaciones de la exposición “Nuestro Sitio, Artistas de América del Sur”, que reúne a 32 artistas de 12 países latinoamericanos.

Al parecer, las obras que más gustaron a nuestros asistentes fueron las de la artista chilena Livia Marín, quien sorprendió con sus labiales tallados y tazas de porcelana derretidas, con tal belleza y pulcritud, que parecían ser restos arqueológicos. Junto al excelente guiaje de Carolina pudimos visitar gran parte de la muestra en el MAVI, pero aún faltaba mucho por recorrer.

Museo de Artes Visuales. MAVI

El siguiente destino fue el Parque Forestal, al que accedimos cruzando por delante del exitoso “Emporio La Rosa”. Ya se había hecho de noche, la caminata era agradable y los edificios iluminados parecían esperarnos para contarnos sus secretos. Hicimos una detención frente al Museo de Bellas Artes, justo al costado del monumento “A la Gloria”, que Francia regaló a Chile para su Centenario.

En esta parada el escenario de fondo era justamente el Museo de Bellas Artes, hermosamente iluminado, que sirvió de pie para hablar de la influencia francesa en Chile y cómo el Parque Forestal es otro de sus vestigios que, al igual que el Museo y la Academia de Pintura, es un proyecto estatal de la época del Centenario.

Museo Nacional de Bellas Artes

Fue diseñado por el paisajista George Dubois quien, recuperando un terreno que era un basural, dio muestra de un gran ingenio, en cuanto proyectó en él diferentes mecanismos, como canaletas y una gran laguna navegable, pensados para frenar el cauce de agua proveniente de las crecidas del Río Mapocho y evitar que éste pudiera llegar hasta el centro de la ciudad.

Cruzamos hasta la entrada del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), dando la tarea a nuestros asistentes de que observaran detalladamente su arquitectura. Al entrar notamos gran afluencia de público, lo que personalmente me alegró mucho, al ver el lugar tan vivo.

Nuestros asistentes recibieron afiches y catálogos de regalo en la entrada, así como el distintivo adhesivo de Museos de Medianoche, luego de lo cual hicimos una introducción sobre el edificio, su historia y arquitectura, centrándonos en reconocer el estilo neoclásico francés y el Art Nouveau junto a nuestros asistentes.

Patricio Alvarado, guía del Museo, logró hacerse un tiempo para recibirnos, entre todas las visitas guiadas que realizó esa noche, que incluso lo hicieron correr por los pasillos del Museo. Nos llevó a la primera sala de la Colección General, en el segundo piso,y explicó a los asistentes cómo en una sala de este tipo nada está puesto al azar. Les habló del origen de la Academia de Pintura en Chile (que funcionaba en el actual MAC) y fue mostrando cómo en el mismo muro, en una suerte de secuencia visual, están expuestos los cuadros de los primeros cuatro directores que tuvo esta Academia, desde su origen en 1849. Son los pintores extranjeros Alejandro Cicarelli, Ernesto Kirbach y Giovanni Mocci; siendo el cuarto de ellos, Cosme San Martín, el primer director chileno, representado con su notable obra “La Lectura”.

Al salir del Museo nos detuvimos un momento en la escalera y hablamos de la escultura “Unidos en la Gloria y en la Muerte”, de Rebeca Matte. Nuestros asistentes ya estaban un poco cansados, así que tomamos la caminata con más calma y nos dirigimos a la Posada del Corregidor. Caminando por calle Esmeralda era muy motivante ver como entre los asistentes nacían nuevas amistades, compartían datos e historias sobre la ciudad y los barrios que visitábamos. Varios de ellos se entusiasmaron con seguir asistiendo a las actividades de Cultura Mapocho.

Plaza del Corregidor. Calle Esmeralda

En la Posada nos esperaban Luciano Ojeda y Patricio Mosqueira, ambos guías de Cultura Mapocho quienes, con gran detalle y profesionalismo, nos contaron sobre la historia de este emblemático edificio de Santiago. Rodeando la hermosa fuente de la Plazoleta del Corregidor y observando la fachada del edificio, Luciano nos relató cómo subsiste aún el mito de que la Posada habría pertenecido al corregidor Zañartu, que desde su balcón vigilaba las labores de construcción del Puente Cal y Canto. Narró también que fue un enclave de la bohemia santiaguina durante la primera mitad del siglo XX, así cómo de su uso actual.

Galería Posada del Corregidor

Luego, en su interior, Patricio pudo explicar más en detalle los aspectos de la arquitectura y contarnos también sobre las ocho muestras fotográficas que se vienen realizando desde hace meses en la Posada, en el marco del proyecto Fondart “Santiago Fotográfico”. Nuestros asistentes pudieron apreciar “Interiores”, la última de ellas, de Jaime Villaseca, en la cual la mirada del fotógrafo se posa justamente en lugares patrimoniales de nuestra ciudad, lo que constituyó entonces el “broche de oro” para nuestra actividad.

Eran ya casi a las once de la noche cuando, algo cansados, terminábamos nuestro recorrido. Antes de finalizar pasamos un momento divertido repartiendo, mediante sorteos un poco improvisados, los premios que Cultura Mapocho y el Museo de Bellas Artes tenían para los asistentes, con lo cual pusimos punto final al recorrido y volvimos a casa, felices con la respuesta, el entusiasmo y los agradecimientos de la gente que participó.

Actividad realizada por Cultura Mapocho en Barrios Lastarria, Bellas Artes y Esmeralda en el marco de los 10 años de Museos de Medianoche, el viernes 23 de noviembre del 2012, entre las 19:00 y 23:00 horas

2012-12-02T12:27:57-04:00 2012/12/02|