El último domingo del mes de septiembre realizamos un recorrido por el sector de La Chimba, un lugar muy concurrido durante el fin de semana y que en años anteriores ya habíamos visitado para conversar sobre lo popular o la religiosidad. Pero el último recorrido abordaba una temática distinta e inédita para nuestra organización: la presencia de migrantes en el espacio que conforma Patronato y La Vega. Esta iniciativa surge al reflexionar sobre el dinamismo que posee la ciudad y la necesidad de comprender las influencias que han tenido el habitar de las colonias extranjeras en Santiago.
Nos reunimos en el Monumento al Inmigrante Árabe, obra de Enrique Villalobos, y que representa la presencia de grupos que provienen del Medio Oriente. Durante el S. XIX Chile es parte de cambios significativos de carácter global como es el surgimiento de la República, participación en una economía mundial y ser parte de las rutas migratorias. De esta forma, llegan a nuestro país, promovidas por el gobierno, profesionales y colonias europeas para fomentar el progreso del naciente país; pero también llegan en menor número, grupos asiáticos que se instalan en la periferia de la ciudad. Durante el S. XX el país tiene una mayor presencia de migrantes europeos y asiáticos hasta la década de los noventa, período en que comienzan aumentar la llegada de extranjeros provenientes de Latinoamérica y el Caribe promovidos por la bonanza económica y las facilidades laborales que posee Chile en comparación con sus países de origen.
Luego nos adentrarnos en Patronato para detenernos frente al Mall Santa Filomena, este barrio surgió como un espacio comercial gracias a la presencia de los inmigrantes árabes que escapando de la persecución del Imperio Turco se instalan en Santiago para dedicarse al comercio y a la industria textil. En un principio las condiciones de vida de sirios, palestinos y libaneses que residían en Chile era bastante precaria pero la vida austera y su dedicación al trabajo los llevaron a instalar pequeños negocios en el sector norte de la ciudad que con el paso del tiempo les permitieron formar grandes fortunas. Para los santiaguinos, esta forma de trabajo era reprochable, así lo declaraba la sección “Callejeando” de El Mercurio del 13 de Abril 1911 que leímos durante el recorrido.
En los ochenta, con la apertura económica y aduanera gran parte de los árabes deciden cerrar sus tiendas e industrias, a pesar de esto aún se mantiene su presencia en Patronato como arrendatarios de locales comerciales que son ocupados por extranjeros coreanos.
Seguimos recorriendo Patronato para llegar a una Iglesia Presbiteriana ubicada en calle Buenos Aires y construida por la colonia coreana en Chile. Este grupo reside en comunas del sector oriente de Santiago como Las Condes o Vitacura, pero su vida cotidiana se da en Patronato donde tienen sus negocios, siendo conocido el barrio como la pequeña Corea. Este grupo llega a Chile durante la década de los ochenta cuando se instala en Chile el neoliberalismo y ven a Patronato como un espacio para instalar sus negocios dándole nuevos auges a este sector y abriendo espacios que nos acercan a la cultura coreana como restaurantes, panaderías o supermercados con productos asiáticos. Tuvimos la oportunidad de situarnos frente a la iglesia justo al término del culto y escuchar el canto del coro antes de finalizar el hito.
Desde acá nos movimos nuevamente a avenida Recoleta para conversar sobre las condiciones en que residen los migrantes de menores recursos, según un estudio de Techo el 28% de los migrantes viven en condiciones precarias en Chile lo que nos hace recordar a los conventillos de principios del S. XX. en relación a las condiciones precarias en las que se encuentran las viviendas, los altos precios que cobran en los arriendos y el oportunismo que existe en algunos casos, todo esto es posible por las dificultades que tienen para obtener un arriendo formal por las exigencias como cotizaciones, contrato de trabajo y los altos valores que tienen las propiedades cercanas al centro de la ciudad.
Otro tema complejo es el de la educación de los niños migrantes en Chile, para poder conversar sobre este tema nos detenemos en la Escuela República del Paraguay, colegio de la corporación de educación de la municipalidad de Recoleta que implementó un programa llamado Escuelas Abiertas, iniciativa que mantiene abiertos los colegios municipales para que sean usados por organizaciones culturales, deportivas y artísticas en talleres para la comunidad, esto ha permitido que niños y niñas puedan permanecer seguros en los colegios hasta que sus padres puedan irlos a buscar y permite la generación de mayores lazos e integración de los miembros de la comunidad educativa. Algunas de estas iniciativas ya se encuentran esbozadas en la ley de inclusión en la educación y la Ley General de Educación, así lo analizamos en este hito.
Desde el colegio nos fuimos integrando al entorno de La Vega, cambiando de escenario. Nos adentramos en La Vega para ser parte del dinamismo, los colores y los olores tan característicos de este mercado. Nos re-encontramos afuera de la Iglesia Recoleta Franciscana para hablar del trabajo y las migraciones que se han dado en los últimos años. La Vega es uno de los espacios multiculturales más característicos de Santiago y es que entre sus pasillos ha acogido a los migrantes caribeños: haitianos, dominicanos y colombianos que buscando nuevas oportunidades han decidido trabajar en diferentes rubros como en el trabajo informal o de baja cualificación.
Para finalizar el recorrido nos movimos al Mercado Tirso de Molina, a pesar de las dificultades propias de este lugar – el ruido, los automóviles, la aglomeración de personas con carros y bolsas- logramos reflexionar sobre la presencia de la comunidad peruana en nuestro país y su gastronomía reconocida a nivel mundial. Es en este punto donde realizamos la fotografía final y el sorteo acompañados por un grupo diverso y multicultural. Es un gran desafío para nosotros hablar de la migración conscientes de lo que significa hablar del otro; sin embargo, también creemos necesario abrir la reflexión sobre cómo hacemos ciudad con nuevos ciudadanos.
El 12 de septiembre participamos de la cuarta sesión del Consejo de la Sociedad Civil de la DIBAM, acá pueden descargar y revisar el acta de la jornada, en que se trató las políticas de archivos y de género al interior de la institución.