Por: Dante Figueroa
EL PERIPLO DEL CONQUISTADOR
El último tercio del año 2019, en el marco de las protestas surgidas tras el estallido social en Chile, muchos monumentos fueron atacados o siniestrados. La lectura cuestionadora de las estructuras de antaño eran, para el “estallido”, motivo de cuestionamiento. Nuevas lecturas históricas reflexionaban acerca de las visiones tradicionales de la “monumentalidad”, se hablaba de “descolonizar” y en tal sentido, las esculturas eran un símbolo para el movimiento social.
Es así como hace 5 años esas icónicas imágenes, que permanecían en plazas y calles, por décadas, causaban ruido y molestia. Su representación en el espacio público era criticada como una manera de perpetuación de acciones colonizadoras o visiones de país, que pensábamos teníamos incorporado al ideario republicano nacional. Es lo que podríamos identificar como “un patrimonio en disputa”.

Una de estas estatuas y figuras representadas en el espacio urbano fue la de Pedro de Valdivia, en particular la situada en la Plaza de la Independencia en Concepción, instalada allí cuando el gobierno español la donó al cumplirse 400 años de la fundación de la ciudad en el año 1950. Así, el día 14 de noviembre, en el aniversario del asesinato de Camilo Catrillanca, cientos de personas jalaron las cuerdas para derribar la estatua del conquistador español, acción que se sumaba a la que días antes se había realizado en Temuco cuando arrancaron la cabeza del “fundador de Chile” instalándola en las manos del monumento a Caupolicán.

¿Sabías que en Santiago se había instalado, muchas décadas antes, la primera estatua en honor del conquistador español?
PEDRO DE VALDIVIA EN EL CERRO SANTA LUCIA
La obra del conquistador español, situada en el recién inaugurado cerro Santa Lucia, en el año 1877, va a ser una de las primeras que se realiza a un conquistador español tras la independencia americana. Realizada por el escultor florentino Aristomedo Costoli, el mismo que tuvo el trabajo de conservación de la famosa escultura renacentista David de Miguel Ángel, va a ser instalada en el antiguo peñón agreste, durante la Presidencia de Aníbal Pinto Garmendia.


El monumento a Pedro de Valdivia, es una muestra del ideario de nación que se quería dar a conocer, durante el siglo XIX, a través de la escena escultórica urbana. Situada desde lo alto del cerro, una propuesta del Intendente Vicuña Mackenna que intentaba recrear a París en América y que era parte del Plan de Transformación de la ciudad de Santiago. La escultura tiene 6,2 metros de alto y que tiene unas placas en las cuales están los nombres de los españoles que acompañaban la hueste del peninsular a su llegada al valle del Mapocho.

LA ESCULTURA ECUESTRE DE PEDRO DE VALDIVIA A LOS PIES DEL CERRO SANTA LUCIA
El conquistador español es considerado, por la historia tradicional, como el fundador de la ciudad de Santiago, aunque sabemos que, de acuerdo a muchos estudios arqueológicos, lo que el peninsular realizó, fue más bien la utilización de obras urbanas dejadas por el imperio Inca en el valle Central. De allí que, de acuerdo a muchos estudios arqueológicos, entre los que destaca “Mapocho Incaico” de Stehberg y Sotomayor, el “tambo grande” que existía en el predio del centro de la ciudad, habría sido parte de un centro administrativo previo a la llegada de los europeos y que permitió fundar la ciudad española en lo que hoy conocemos como la Plaza de Armas.

Al cumplirse los 153 años de la instalación de la Primera Junta Nacional de gobierno, se realizó el 25 de junio de 1963 la segunda escultura que resaltaba la figura del nacido en la provincia de Extremadura, Pedro de Valdivia. La obra era un obsequio de la comunidad española residente, quien encargo al escultor extremeño Enrique Pérez Comendador. La figura ecuestre tenía un costo de 50 mil Escudos y fue traída desarmada por vía marítima desde Cádiz.
Esa mañana de invierno, a las 10:30 horas, a los pies del cerro Santa Lucia, dos centinelas del regimiento de artillería Buin vigilaban la estatua que, mirando hacia la calle José Miguel de la Barra, se erguía como la presencia más visible del conquistador en el espacio urbano. Las distintas autoridades encabezadas por, el presidente de la república, el embajador de España y el presidente de la Asociación de Instituciones Españolas, estarían presentes cuando el cardenal Raúl Silva Henríquez bendecía la figura ecuestre que estaba hecha de la fusión de los cañones de bronce donados por el Ejército de España.

El lugar escogido, según el periódico La Nación del año 1963, se debía a la creencia que allí Valdivia, junto al cerro Huelén, había puesto la piedra fundacional donde instalaría la ciudad de Santiago.



VALDIVIA SE TRASLADA A LA PLAZA DE ARMAS
El año 1966 la estatua ecuestre fue trasladada desde los faldeos del cerro Santa Lucia a la principal plaza de Santiago. No es peculiar aquello, dado que, en un principio se pensó en situar al conquistador en el lugar que fundó al instalarse en el valle del Mapocho, empero, se creyó que su figura en el centro de esta se iba a diluir al lado de los frondosos árboles con que contaba la Plaza de Armas.
El monumento, que es reconocido por su caballo, es sin lugar a dudas uno de los monumentos más importantes de la ciudad, en torno a conectarse como un hito de referencia urbana. Al igual que lo que pasa con el Discóbolo o llamado “pilucho” del Estadio Nacional, la referencia del “caballo de Valdivia” es un imperdible al momento de reunirse en la Plaza de Armas. Poco se conoce que, el caballo, en realidad fue hecho, de un modelo que, originalmente, estaba destinado al dictador español Francisco Franco
La petición, en 1960, al escultor Enrique Pérez Comendador había sido hecha con mucha premura, solo 8 meses y este que contaba con un molde en cuestión, según el relato del hijo del fundidor de la obra, José Murciego, lo utilizó para completar la estatua a Pedro de Valdivia, con algunas modificaciones. Ello quedó consignado en un registro fotográfico que su padre guardó durante años en su billetera y que el artista José Murciego – que tiene el mismo nombre de su padre- pudo corroborar cuando viajo a Santiago el año 2008, según relata el artículo del periodista Iñigo Díaz en El Mercurio.

De hecho, la noticia de su instalación apareció en noviembre del año 1960 en el diario La Nación: “esculpido en bronce vuelve al “Huelén “don Pedro de Valdivia”. No obstante, el terremoto del mismo año y, probablemente la realización del Mundial en Chile, hizo retardar la necesidad del municipio de Santiago. En definitiva, la escultura ingresó a tierras nacionales sólo en el año 1962. Al año siguiente se realizó su inauguración a los pies del Santa Lucia.
La escultura fue trasladada tres años después a la vereda nororiente de la Plaza de la Plaza de Armas, frente al edificio de la Municipalidad de Santiago. En junio del mismo año la escultura contó con iluminación de 8 lámparas montadas en mástiles de los cuales flameaban banderas chilenas.



La figura del conquistador que se muestra, según su autor, más que como un guerrero, como un político hacedor que está dispuesto a bajar de su corcel y tomar el arado para labrar la tierra y así contribuir a la obra fundacional. La mano en la espada más que para combatir, está en actitud de administrar justicia.
Extrañamente, a diferencia de la posición que tiene en la actualidad, la figura del conquistador miraba hacia el oriente y daba la impresión que estaba abandonando la plaza que fundó. De allí, que cuando se produce una remodelación de la misma en el año 1999, la escultura ecuestre va a cambiar de posición y apuntar hacia el poniente como si estuviera entrando a la plaza. Esa posición es la que tiene en la actualidad y que se constituye en punto de encuentro para santiaguinos y para turistas que visitan la capital.